sábado, 12 de septiembre de 2015

No es un cuento imaginario.

El pueblo de mis amores
carga a cuestas el dolor,
por doquier reina el horror
y se escuchan los clamores.
Pululan los malhechores  
imponiendo el luto a diario,
lo pregona el noticiario:
hayan cuerpos embalados
con sus miembros mutilados
¡No es un cuento imaginario!

Estamos ocho millones
llevando en vilo la vida  
sin encontrar la salida
secuestrados por matones.
Temiendo sus agresiones
expuestos, desprotegidos,
vivimos casi escondidos,
somos muertos respirando
queriendo gritar, callando,
con la mordaza oprimidos…





















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