Soy fuego que tu cuerpo reconoce,
me gusta ser la dueña de tus horas,
la presa seductora que devoras
y se hace complemento de tu goce.
Yo soy en tu jardín la primavera,
el néctar que te sirve de sustento,
tú siempre de mi amor estás sediento;
sucumbes enlazado a mi cadera.
me gusta ser la dueña de tus horas,
la presa seductora que devoras
y se hace complemento de tu goce.
Yo soy en tu jardín la primavera,
el néctar que te sirve de sustento,
tú siempre de mi amor estás sediento;
sucumbes enlazado a mi cadera.
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