Al
filo de la noche me prendo de tu talle,
tu
falo anhela ardiente la fuente de mi valle,
apago
con mis labios tu cuerpo vivo en llamas
y sorbo con deleite la miel que me
derramas.
Recorro
tus senderos situándome en tu centro,
desato
ya mis ansias sintiéndote muy dentro,
ligada
con tus muslos se mecen mis deseos
y
brota la pasión gimiendo en balanceos.
Tu
olor se va impregnando me embriaga y me domina,
mis
manos insaciables se vuelven de felina,
me
embistes cual si fueras ciclón que busca calma…
Y
absortos nos quedamos unidos cuerpo y alma.
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